martes, 19 de octubre de 2010

Un sueño y una realidad a hacerse con el color Escolapio

Por Gerardo Blanco V.

La comunidad religiosa de los Padres Escolapios ha planificado realizar un viaje, el primer día del mes de octubre hacia Morocomarca – Uncía, lugar en el que se ejecutará un anhelado proyecto, muy esperado por las mismas comunidades o ayllus del sector minero, y por quienes van haciendo realidad este sueño. El fin fundamental es seguir el legado que ha dejado San José de Calasanz, hace ya mucho tiempo, que movidos por el Espíritu de Dios continuamos con esa misión.

El proyecto al que hago referencia es la construcción de un internado. La misma está trazada con el objetivo de atender y satisfacer las necesidades, con una educación integral y adecuada, de la niñez y juventud de Morocomarca y comunidades aledañas. Se quiere que la educación, que se constituye en un instrumento digno por sí misma, procure favorecer a los más pobres y oprimidos, como este pueblo desatendido desde ya mucho tiempo. Viven en condiciones precarias, sin servicios básicos, mala educación, sin formación en los valores, etc. casi sin ninguna atención de las autoridades nacionales y locales. Aunque en éstos últimos años se van ejecutando algunas obras de servicio básico, con la ayuda de algunos países extranjeras como Japón.

Sin embargo, estas obras como la construcción de alguna escuela, posta sanitaria, no tienen un apoyo completo o sólo reciben una atención parcial, el cual se expresa en hacer las cosas sin alma. En conclusión podemos decir que aún no se ha trabajado por un verdadero desarrollo y dignificación de estos pueblos. Por ello la Escuela Pía quiere apalear de apoco con la implementación de la obra y misión de José de Calasanz, que se resume en ésta sencilla frase “Piedad y Letras”

En este sentido déjame contarles brevemente sobre el viaje y mi experiencia, que sin duda ha sido maravilloso y de mucho significado no sólo para mí, sino también para quienes estuvimos involucrados en ésta oportunidad.

Salimos de Cochabamba a las cinco de la mañana, seguimos la ruta hacia Morocomarca con anécdotas interesantes. En el viaje estuvieron el padre Superior Pedro Lasheras, quien condujo la movilidad en toda la trayectoria de ida y vuelta. Estaba también un voluntario de Anzaldo, Leonardo (Venezolano); los hermanos escolapios Julio, Jorge y mi persona Gerardo, laico escolapio.

De esta maravillosa visita a Morocomarca, la parte que más me ha llamado la atención, que se me ha quedado grabado en mi corazón y que se debe considerar siempre, es la preocupación del dirigente de la comunidad, en cuanto a la realidad de la educación en la zona. Indicaba que la educación que se impartía en su localidad no estaba dando frutos positivos, y añadiendo decía “que sus chicos sólo se dedicaban a robar,…los profesores flojos, dicho con palabras apropiadas casi sin ningún compromiso. Lo que nosotros queremos es que se formen en principios morales, por eso es que queremos que los PP. Escolapios venga a educar a nuestros hijos para que ellos pueden cambiar”. Estas expresiones más de una vez han ido resonando en nuestros oídos y tocado nuestras conciencias (por lo menos a todos los que estuvimos ahí).

Sin duda fue una experiencia que nos ha hecho comprender y tomar conciencia, sobre la realidad de nuestro país, sus comunidades y pueblos; en los que muchos niños y jóvenes aún no reciben una educación completa y en condiciones adecuadas. Y si hablamos de una educación con valores humanos, vemos que falta mucho, por eso es fundamentalísimo que la presencia Escolapia lleve la misión que Calasanz empezó, educación en principios cristianos y valores humanos.

Y para que esto se haga realidad todos estamos llamados, más aún aquellos que queremos compartir EL CARISMA DE CALASANZ con los Padres Escolapios, todos estamos invitados a ser parte involucrada y comprometida de esta misión, tal como manda el carisma Escolapio.

sábado, 16 de octubre de 2010

El camino de Emaús continúa, hay mucho por descubrir

El grupo del laicado de la Escuela Pía de Bolivia continúa con su formación, en la introducción en el carisma y misión de Calasanz. En ese sentido todos los miembros vienen reflexionando, cada sábado, El Proyecto Institucional del Laicado - PIL.

Uno de los que participa siempre, de cada encuentro, Félix Fernández, comparte con nosotros su apreciación sobre la actualidad del grupo:

“Como grupo nos llevamos muy bien, estamos unidos, que es lo más importante... Pero quizá sola esta actividad de reunirnos no está completa, es decir, no satisface la plenitud del grupo. Para que crezcamos como grupo nos hace falta más encuentros, como la posibilidad de realizar ejercicios espirituales y retiros, que imparta con más intensidad la fe y la misión, pueden ser también deportivas, recreativas, para que exista mayor participación, y relación conjunta.

En efecto, este proceso que nos toca vivir, es un reto que debemos enfrentar individual y colectivamente desde nuestra vocación laical, para seguir el camino del Señor y la misión de Calasanz. Estoy seguro que en el camino vamos a tener muchos tropiezos, pero con la autentica corresponsabilidad y participación de todos vamos a marchar bien. Esa responsabilidad, de ser arquitectos de esta fraternidad corresponde sólo a nosotros.

Es cierto que nos falta mucho por recorrer para llegar a lo que estamos anhelando. Pero en esa fuerza, ese espíritu de nuestro señor Dios nos va impulsar a nuestro destino, porque tenemos esa convicción en él. El cual será la luz de nuestro camino, el motor principal para alcanzar el objetivo añorado.”

Así es queridos hermanos en Cristo, el grupo de laicos de la Escuela Pía de Bolivia, tiene un camino que recorrer, ese camino es el de Emaús de los Dos Discípulos. Un camino en el que iremos descubriendo a Jesús para conocerle más y hacer de Él nuestro Amigo.