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Dando la bienvenida y acogida a P. Juan Mari Puig y P. Mariano Grassa |
El 6 de
Abril, el Padre Superior de los Escolapios de la Viceprovincia Bolivia –
Brasil, P. Juan Mari Puig regresó de
Brasil, acompañado del P. Provincial, Mariano Grassa, e inauguró el campeonato de Fútbol de Salón y Básquet
en categoría Damas y varones.
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P. Juan Mari entregando uniformes a la delegada de Mujeres, Mirian flores. |
Durante el
acto, Puig mostró su aclamación por el campeonato y dijo: “Camerún está
dividido por tribus, pelean constantemente por sus diferencias… pero hay una
cosa que los une a todos y es el deporte, la selección de Camerún”. Y aprovechó el instante para que la ocasión los una aún más, así como los une
la “vocación Escolapia”.
Después, se
entregó a los 8 equipos sus uniformes respectivos. Gracias a una persona de
nacionalidad Boliviana que está en España; al
gerente de la empresa constructora Wajis, Ingeniero Edwin Suárez, y la empresa DAAD´S MARKET, quienes donaron efectivo para la compra de los uniformes. Y el párroco de la Parroquia San Rafael, P. Fernando Gallo se comprometió, a nombre P. Pedro Lásheras, apoyar al campeonato con la compra de Balones.
“Los Padres Escolapios, Aquellas personas y empresas que señalamos nos brindan su apoyo incondicional, porque es maravilloso y fantástico lo que hacemos, lo que pensamos y el
camino que delineamos, es decir les gustó la Vocación escolapia que nos
envuelve a todos”, indicó Humberto
Camacho, quien trabaja en las oficinas de Itaka, es miembro de la Fraternidad
escolapia y monitor del grupo “Lasheras”.
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El grupo denominado "Lasheras". |
En cuanto a
los grupos de formación, ya tienen sus respectivos nombres para evitar
confusiones. El Tercer grupo (Los nuevos) tiene por nombre, “Nueva Peralta”, por
el Hogar de infancia de San José de Calasanz; el segundo, “Talita cum”, que
significa levántate niño, y el primer
grupo lleva el Apellido de P. Pedro Lasheras, es decir “Lasheras”, porque
dedicó su vida con todo el alma, entrega y amor a la formación de los
jóvenes del Movimiento Calasanz. Además,
cada grupo tiene un cronista para que se encargue de recolectar todo lo que se
habló y de esa manera armar la historia propia
del grupo.