“Debido a las nuevas situaciones, no pocos Institutos han llegado a la convicción de que su carisma puede ser compartido con los laicos”. En los últimos tiempos numerosos laicos han sentido la llamada a participar en la misión de la Iglesia a través del carisma escolapio, viviendo la espiritualidad y misión que recibió Calasanz.
Los elementos que resumen este hecho:
- En la decisión de esos laicos se encuentra una llamada de parte del señor: quieren vivir el seguimiento de Jesús y su colaboración en el anuncio del reino, en la escuela y carisma de Calasanz, pero en la vida laical.
- En la libertad omnímoda del Espíritu Santo que distribuye sus carismas como quiere, donde quiere, cuando quiere y a quién quiere, muchos laicos puedes ser llamados a participar del mismo carisma Escolapio del que participan religiosos escolapios, aunque lo hayan de vivir en otra forma de vida.
- Un mismo carisma puede ser vivido y realizado de formas distintas, lo que induce a distinguir en el carisma unos elementos substanciales, que siempre han de ser presentes, y otros contingentes, que pueden expresarse de diversos modos a la hora de encarnar un mismo carisma.
Esta participación en el carisma requieres la vivencia de las tres vertientes del mismo: Espiritualidad, comunidad y misión.
- La espiritualidad: un modo peculiar de concebir y vivir el misterio de Dios en Cristo Jesús, ya que ese misterio es inabarcable y cada fundador lo ha percibido desde una vertiente particular, aquella que ha recibido por gracia.
- La vida fraterna en Comunidad: un estilo peculiar de relación fraterna entre los miembros del Instituto.
- El misterio o misión: una forma particular de “diakonía” o servicio en la misión de la Iglesia, que se expresa en trabajo determinado.