
P. Gregorio Iriarte o.m.i.
LA LEY CONTRA EL RACISMO Y CONTRA TODA FORMA DE DISCRIMINACIÓN , lamentablemente, se queda corta, muy corta, a pesar de su largo enunciado.
EL problema del racismo y de la discriminación tienen raíces muy hondas y hay que enfrentarlo como condición imprescindible si se quiere que el país cambien en profundidad hasta lograr que todos se sientan como verdaderos ciudadanos/as con plenos derechos y obligaciones. En realidad, una ley contra el racismo y la discriminación no solo es oportuna sino de absoluta necesidad.
Sin embargo, el problema no se solucionará con un listado de penalizaciones como nos ofrece la Ley que ha sido aprobada. Las más graves manifestaciones de racismo y discriminación no están vinculadas a expresiones verbales. Lo realmente ofensivo y discriminatorio está en las actitudes tanto personales como sociales. La nueva Ley se queda atrapada en lo inmediato, en lo verbal, en lo personal, en lo comunicacional… Se queda en penalizar todo aquello que se podría considerar como insulto u ofensa. Es legítimo pero insuficiente. ....
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