Si apreciamos nuestro contexto podemos ver que la fe se nos muere. Que el hombre se encierra en sí mismo y se convierte en un malhechor de la sociedad porque carece de la presencia del señor, en su Corazón. Y celebrar una Eucaristía es la mejor opción para fortalecer esa Fe.
Por eso, tenemos la celebración de la Eucaristía como uno de los actos centrales de nuestra vida y lo hacemos una vez al mes, como mínimo. Además, es importante recordar que antes de cada inicio de reunión semanal se dedica un momento a la oración, ya sea al inicio o al final.
Por eso, tenemos la celebración de la Eucaristía como uno de los actos centrales de nuestra vida y lo hacemos una vez al mes, como mínimo. Además, es importante recordar que antes de cada inicio de reunión semanal se dedica un momento a la oración, ya sea al inicio o al final.
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